Buen humor 1921-1931 Completo

Fundado por Pedro Antonio Villahermosa y Borao (Sileno -1869 - 1945, el antiguo dibujante de Gedeón) su aparición coincidió con el advenimiento de una nueva mentalidad europea que se orientaba hacia el porvenir; la radio, el automóvil y el avión auguraban un futuro trepidante; surge un sentido desdramatizado de la existencia; el fox-trot y el jazz-band imponen ritmos nuevos; las vanguardias irrumpen poderosas en todos los terrenos del arte; los surrealistas comienzan a explotar analogías humorísticas imposibles; y en la España dominada por la mediocridad y la rutina hay quien quiere abrir puertas al vendaval renovador.

Ese es Sileno, que lanza Buen Humor con la idea de convertir la revista en un "laboratorio de experimentos" donde se exploten ideas y los recursos nuevos basados en las teorías de Heri Bergson.
Con ese fin, mientras recuperaba a Juan Pérez Zúñiga y Tomás Luceño, que en Madrid Cómico habían demostrado una clara inclinación a la literatura experimental e innovadora, se atrajo a Ramón Gómez de la Serna, cabecilla de todas las renovaciones, y los acompañó de los nuevos escritores más modernizantes: Antoniorrobles, Enrique Jardiel Poncela, José López Rubio, Edgar Neville y otros de su talante revolucionario.
Como dibujantes contó con Kato, K-Hito, Francisco López Rubio, Galindo, Padilla, Garrido, Vares, Santillana, Tovar, Fresno, Karikato y los que habrían de ser grandes figuras durante más de medio siglo a partir de entonces: Tono y Mihura.
Y al mismo tiempo cubrió un área divulgadora, reproduciendo textos de especialistas extranjeros de indudable categoría: Cami, Alphonse Allais, Pierre Mac Orlan, Pierre Veber, F. Anstey o Maurice Norcott por citar algunos nombres. Rompiendo con las tradiciones vigentes en la prensa satírica hasta entonces
desaparecieron las alusiones personales y sus páginas se llenaron de observaciones psicológicas, sobre el hombre de la calle, sobre hechos cotidianos en los que el absurdo y lo casual determinaban personajes casi irreales sometidos a lo imprevisto.
El público, al principio reacio a tan drástico cambio, terminó entregándose y Buen Humor se convirtió en un éxito decisivo, en cuyas páginas la sección "Correspondencia muy particular" juzgaba con cruda pero sana severidad a cuantos espontáneos trataban de convertirse en humoristas sin el ejercicio de la más sana de las autocensuras.
Con su irrupción en el mercado se abrió el camino a la que se ha llamado la "generación inverosímil" y que difundiría su concepción surrealista del humor primero en Gutiérrez y posteriormente en La Ametralladora y La Codorniz.